domingo, 8 de febrero de 2015

La dictadura militar y la década de 1970 en Villa Insuperable (frag.)

Libro "Historia de Villa Insuperable" (Fragmento), de M. Biaggini,  Macedonia ediciones, 2014.

El 24 de marzo de 1976, una junta militar integrada por el general Jorge Videla, el almirante Emilio Massera y el brigadier Orlando Agosti, tomo prisionera a la presidenta electa María Estela Martínez de Perón e instauro un golpe de estado cívico militar que impuso una nueva dictadura. Se inicio así un proceso de disciplinamiento y reorganización de la sociedad argentina, según una ideología determinada, que fue conocido como “Proceso de reorganización nacional”. No solo se trato de recuperar la obediencia de aquellos que desconocían la autoridad política o económica de los gobernantes o los capitalistas, se trato además, de eliminar cualquier oposición al proyecto que tenían los funcionarios militares y civiles: un país basado en el modelo económico neoliberal. A todos ellos, se los comenzó a denominar como subversivos, y se implemento una guerra (conocida también como guerra sucia), contra dicha subversión, con el solo objetivo de desarticular cualquier estructura organizativa de la sociedad que fuera capaz de ofrecer resistencia al nuevo modelo. No es un dato menor, conocer la cifra que expone que, el 30 % de los desaparecidos eran obreros, el 21 % eran estudiantes, el 18 % empleados y el 6 % docentes. Todos ellos, miembros de una generación que quiso cambiar el mundo y no pudo.
El poeta y escritor Héctor Celano recordaba esa triste etapa: “En la década de 1970 se corto la luz. Toda esa juventud de la cual yo pertenecía, de la cual participábamos, hacíamos campeonatos de futbol, creábamos bibliotecas, caminábamos con libros debajo del brazo, y con… si había un sector de la juventud que casi no participaba, yo diría una minoría. Por supuesto, con nosotros jugaba un muchacho al futbol, Santos Rodríguez, tengo entendido que fue desaparecido, era un muchacho laburante, estaba en ese momento de delegado en una fábrica que estaba frente al Federal, del lado de Villa Insuperable.
La cana yendo a buscar gente.
Cuando llego la dictadura empezaron a aparecer los boliches. Empezaron a meter a la juventud en sótanos con escabio, con escabio distinto, porque una cosa es estar en un club de barrio con las madres, las pibas”.

Por su parte Roberto Vázquez, militante de la Juventud Peronista en la zona, recordaba: “Yo estaba militando en la Juventud Peronista, pero tenía mucha relación con el PC. El peronismo era una anarquía total. Estábamos trabajando muy pegadamente con el PC. Hacíamos reuniones clandestinamente. Te voy a dar una anécdota, cuando nos hicimos invisibles. La casa de mi vieja, enfrente, habíamos hecho una reunión. Entonces, en la casa del “Pelado”, Olavarría y Cuzco, y estábamos reunidos ahí, y entonces, viene la hermana de este y dice:
-          Muchachos el ejército está cuidando la zona y está cerrando la cuadra.

Entonces, salimos… pero ¿a donde salimos si estamos rodeados? Entonces hubo alguien que se le ocurrió, y dijo: ahí, en los tanques de agua. Entonces nos escondimos en los tanques de agua, y los milicos pasaban por alado de nosotros y no nos venían. Porque andaban por arriba de todas las terrazas, era increíble. Nos habíamos hecho invisibles”[1].

El barrio de Villa Insuperable no estuvo ajeno a este nuevo contexto. No solo porque algunos de los vecinos de la zona, fueron detenidos desaparecidos, sino porque la comisaría local, se transformó en un centro clandestino de detención, que fue conocido como “El Sheraton” o “El Embudo”. En él estuvieron secuestrados clandestinamente varios desaparecidos, entre ellos podemos nombrar al guionista Héctor Oesterheld, autor de la historieta “El Eternauta”.
En el libro “Nunca Más”, podemos leer: “Se trata de un centro clandestino de detención que funcionó en la Comisaría de Villa Insuperable, ubicada en la esquina de las calles Tapalqué y Quintana, partido de La Matanza. En el organigrama de la represión dependía del I Cuerpo de Ejército a través del Grupo de Artillería de Ciudadela.
Un grupo de detenidos que estuvieron ahí tomaron contacto, ya sea a través de cartas o personalmente, con sus familiares.
En agosto y noviembre vuelve a encontrarse Pablo Szir con sus hijas y le cuenta que primero había estado en la Comisaría de Ramos Mejía y en ese momento en la de Villa Insuperable donde también estaban Roberto Carri y la esposa, Adela Candela y Héctor Germán Oesterheld. Además agrega que cada tanto eran todos trasladados al cuartel de Ciudadela donde les hacían escribir un trabajo.
Ana María Caruso de Carri, en una carta, cuenta a sus hijas:
«Ahora está con nosotros "el Viejo" que es el autor de "El Eternauta" y el "Sargento Kirk" ¿Se acuerdan? El pobre viejo se pasa el día escribiendo historietas que hasta ahora nadie tiene intenciones de publicarle».”[2]

Entre los numerosos detenidos desaparecidos que sufrió el barrio podemos recordar al trabajador de subte Luis Cabrera Sánchez y a su esposa Ericlia García, quienes fueron detenidos desaparecidos en su hogar de Villa Insuperable, sito en Pueyrredon 4927, el 10 de febrero de 1977, y que hoy poseen una baldosa de la memoria en su honor.

Foto de Baldosa: Gabriel Gamboa


El 31 de marzo de 1977 Ángel Ricardo Quintana Velázquez, fue detenido desaparecido en las inmediaciones de su domicilio.
El 2 de julio de 1976, Hugo Oscar Aguilera Koxuta, desaparece de su hogar en Las Heras 4910.
Por su parte, la periodista Miriam Lewin, quien estuvo desaparecida detenida en la ESMA, fue detenida justamente en Villa Insuperable. En el libro de Olga Wornat podemos leer: “Miriam Lewin fue secuestrada el 17 el mayo de 1977 por una patrulla de la Fuerza Aérea, en la avenida Crovara de La Matanza. Tenía sólo dieciocho años, militaba en Montoneros y, tal como Firmenich recomendaba desde su dorado exilio, llevaba una pastilla de cianuro entre sus ropas. Le habían enseñado que era su deber suicidarse antes que delatar a un compañero bajo torturas y poner en peligro a toda la célula de la organización. Cuando se vio perdida, Miriam se la metió en la boca. Pero sus captores la vieron y rápidamente ordenaron un lavaje de estómago para salvarla, ahí nomás en la calle y frente a algunos transeúntes aterrados que pasaban. Incluso, uno de ellos que la quiso defender, fue atacado a culatazos y patadas por los atacantes, que bajo amenazas de muerte desapareció del lugar”.[3]
 El vecino y socio del Club Flecha de Oro Juan Jacuzzi recordaba su juventud durante la dictadura: “Un sábado a la tarde, vinieron los Montoneros o el ERP, coparon el cine (se refiere al Cine California que se ubicaba sobre la Av. Crovara), con ametralladoras y todo, y pasaron una película de 20 minutos, subieron y se fueron. Nosotros estábamos en una despedida de soltero, fuimos presos, estábamos todos contra la pared, y los milicos nos preguntaron alguno sabe algo de lo que paso en el cine?, ¡si dijimos!, fueron los Montoneros, y zafamos por eso….”[4]

También es preciso recordar al militante Pérez Félix Jorge, eempleado en Banco Provincia (Casa Central, Departamento de Sistemas y Procesamiento de Datos), quien fuera militante gremial en la comisión interna del Banco. Fue profesor de Historia recibido en la Universidad de Morón. De 29 años de edad, fue secuestrado-desaparecido el 29 de abril de 1977. Su esposa Gina di Nardo, también militante, rememora: “En Matanza, ser peronista no era una elección, era una obligación porque el pueblo era y es peronista, y como decíamos Matanza era y es la capital del Peronismo, y la posibilidad de militar para la vuelta de Perón era estar construyendo un futuro diferente”. Félix Jorge Pérez, comenzó su militancia en la J.P. de la Tendencia Revolucionaria en Villa Las Antenas (La Matanza – Villa Insuperable - provincia de Buenos Aires) colaborando con apoyo escolar, un dispensario y una salita donde venían dos médicos compañeros que se turnaban para atender en forma absolutamente gratuita a los vecinos. También ayudaba en las campañas de alfabetización y organizaba tareas como la construcción de veredas en la villa.  Sus compañeros de militancia lo conocían como Quique ó Cacho”.[5]
El presidente del partido peronista de la matanza, y vecino de Villa Insuperable, Federico P. Russo, fue detenido durante la dictadura militar. Según Natalia Bertune:
“Cuando el golpe de estado de 1976 Russo, como presidente del Partido, se hizo responsable tras la destitución de Francisco Larraza y permaneció preso durante 24 horas. Posteriormente será detenido ilegalmente de su casa el 30 de julio de 1976, el mismo día que secuestran a Alberto Fernando Medina (quien había sido Diputado Nacional) y al “Manco” Flores (sub-delegado de Laferrere). Durante varios días, hasta su liberación desnudo y descalzo en el kilómetro 36 de la Ruta Nacional Nº3, permanece en la Comisaría de Gregorio de Laferrere donde fue
Torturado[6].”
Las escuelas, las entidades intermedias, los barrios, todos fueron objetivos de una guerra, que intentaba implementar un modelo de país “importado”, que sometería a toda la población durante décadas. ¿El método? La persecución sistemática de toda persona que pudiese interferir en dicho objetivo. Así, las fabricas por sobre todo, fueron los lugares elegidos para marcar obreros y activistas que reclamaban vivir en un mundo mejor. A modo de ejemplo podemos nombrar lo que sucedió en la fábrica Jabón Federal, en la cual mucho de sus empleados, fueron detenidos desaparecidos hasta el día de hoy.
La empleada administrativa Fanny Aguirre explicaba: “Un empleado mío, yo me quería morir, porque era a un empleado ejemplar, había acobijado en su casa a dos chicos guerrillero, y lo fueron a buscar a su casa, los militares, despídanse que no lo ven nunca más. Y no lo vimos nunca más,  y termino en el Rio de la Plata. Luis. Yo lo quería mucho. Y ahí, todos empezaron a cuidarse, por tener ideas contra los militares”[7].
Por su parte, la Secretaria de presidencia Beatriz Sosa Cordero (empleada jerárquica) recordaba su experiencia durante la última dictadura: “En la época del proceso sufría amenazas, había gente que estaba que eran terroristas, y hubo gente desaparecida, si empleados de fabrica.
Todos los días yo recibía para todos los directores, un ataúd de telgopor por correo, a mi me hablaron por teléfono, y me pedían que transmitiera mensajes al directorio.
El encargado de la proveeduría, “el gordito”, que lo mataron en Haedo, desapareció una chica jovencita que trabajo como recepcionista y después en tesorería, esa chica nunca más apareció[8].
Fanny Aguirre, por su parte agrega: “Muy mal, porque en Federal, se metió mucho la juventud de izquierda, y entonces, muchos fueron presos y desparecieron y no aparecieron nunca más, alguien soplaba de adentro y entonces, venían o iban a la casa a buscarlo”[9].
En ese mismo sentido la Secretaria de presidencia Beatriz Sosa Cordero, especifica: “Los militares, hacían reuniones en determinados lugares (que no lo voy a decir cuales), citaban a los directivos que le daban instrucciones de cómo tratar de prevenir y ese tipo de cuestiones. Pero en planta nunca había entrado ningún militar[10].

Nace el Hogar Betania

Las tierras pertenecientes al Ministerio de Telecomunicaciones de la Nación, en las cuales se había instalado las antenas retransmisoras de Radio Stentor y luego Radio Splendid, y en las cuales había también funcionado una escuela para adultos, se encontraban en total abandono. En ese sentido un matrimonio de pastores evangélicos, pasa por el lugar, y planifican la instalación en el mismo de un hogar para niños. El Hogar Betania, fue fundado el 28 d diciembre de 1981, en plena dictadura militar.

Antigua escuela abandonada en donde se construyó el hogar Betania.
Su directora fundadora, Mirta Insaurralde de Graneros, nos contaba: “Bueno, esto fue un sueño de mi esposo, que el fundador realmente fue mi esposo, Arnaldo Graneros, él era de la provincia, él era un joven que cuando sus padres se separan, el paso las mil y una, fue un chico de la calle, llego a estar preso, vivía en el Mercado del Abasto, conoció las miserias de la calle, allí en el Mercado del Abasto robaba frutas, cosas para comer, hacia changas. Ahí lo conoce un matrimonio, italiano, y se interesan porque era un chico agraciado, un chico atento, y lo empiezan a ayudar. Pasa un tiempo que lo conoce, y lo llevan a la casa, y le enseñan a fabricar veladores, pero él seguía en el Mercado de Abasto. Él había abandonado los estudios, y esta gente lo ayudo a estudiar. Y le toca hacer el servicio militar en Jujuy. Y yo me crie en Salta y estábamos en General Güemes, y él tenía amigos ahí, y nosotros asistíamos a una iglesia evangélica. Ahí nos conocimos”[11].
El matrimonio Insaurralde Graneros, logra consolidarse y establecerse en distintos lugares, hasta que, gracias a la donación de un terreno, en 1979 instalan en Villa Insuperable, sobre la calle Angaco, un templo llamado “Iglesia Cristiana Templo de Dios”.
Mirta Insaurralde de Graneros, recordaba: “Fuimos pastores en Córdoba, después nos fuimos a Salta, hasta que en el año 1978, fines de 1977, vinimos para Buenos Aires, con el fin de grabar, mi esposo quería grabar sus temas, él era escritor, escribía mensajes poéticos. La cuestión que vino con esa misión, y así vinimos, con esa intención, pero acá en buenos aires, conocimos una familia que nos dona un terreno con una casa, para hacer una iglesia, acá en V. Insuperable, en la calle Angaco, al 4518. Ahí empezamos a hacer reuniones, ahí vivíamos. Ahí se fundó una iglesia. Alquilábamos a unas cuadras de acá. Nosotros pasábamos siempre por acá y esto era una escuela abandonada, era un cañaveral tremendo. Esto era un campo. Pero había esta escuelita que dependía del ministerio de educación, era una escuela de adultos”[12].

En ese tiempo, el vice comodoro Jorge Prederol, interventor de radio Splendid y radio Ecxelsior, autor del famoso memorándum que prohibía criticar durante el mundial de futbol de 1978, a la selección nacional y a Jorge Luis Menotti, era quien administraba estos terrenos.
Mirta Insaurralde de Granados recuerda: “Vamos a ver al vice comodoro, lo vamos a ver allá, nos recibe, y este hombre nos dijo:
- ¿Y ese lugar está abandonado?
- Si – le respondimos.
- Bueno –dice- mire, veo que ustedes tienen mucho deseo de algo bueno para la comunidad, entonces yo voy a ir con una comitiva, y ponemos un día y…
Fue muy puntual. Vino con una comitiva, dijo, efectivamente, este es un lugar abandonado, como dependía de ellos, ahí mismo hicimos un papel, nos entregó una llave, simbólica porque la puerta estaba rota, fue, el 28 de diciembre de 1981. Y como en ese tiempo estaban los militares vio, que pasa, el 28 de diciembre, empezamos. La verdad que ese día no sabía si llorar…”

El grupo de jóvenes, pastores amigos, empezaron a desmontar y limpiar. Los vecinos de los alrededores comenzaron a preguntar e interesarse en el proyecto, y muchos comenzaron a colaborar con el hogar. Entre ellos, merece importancia el Sr. Silvio Rieznik, que fue el dueño de la vidriería de la zona, quien les dono todos los vidrios de las ventanas de la construcción de la vieja escuela, en la que ahora funcionaba el hogar.
Mirta Insaurralde de Granados recuerda: “A los pocos días estábamos con toda la limpieza hecha, apareció el vice comodoro, se quedó sorprendido, y colaboro con 50.000 pesos, pesos ley, bueno, y fue una ayuda muy grande y comenzamos a tener madres con chicos, madres que necesitaban, vecinas que no tenían casa. La primer cocina del hogar Betania, fue la cocina de mi casa, y me acuerdo que gracias a Dios teníamos, yo tenía sabanas de  2 plaza, las partían al medio y hacia hacíamos las sabanitas”.

Nace el Banco Credicoop
Durante la dictadura militar, el entonces ministro de Economía, apoya la creación de la ley de Entidades Financieras. Con esta nueva ley, se apoya a las empresas y entidades financieras “de amplio campo operativo” y de mayor patrimonio, limitándose la especialización y facilitando la expansión de las entidades “integrales”. También quedan relegadas las instituciones financieras regionales, al eliminarse los requisitos o las ventajas para atender ese segmento del mercado. Decenas de cajas de crédito, sociedades de ahorro y préstamo, o de crédito y consumo, desaparecieron o debieron fusionarse en compañías financieras o bancos que apenas pudieron durar uno o dos años más, para caer finalmente bajo el peso de la concentración financiera que sucedió a la aplicación de la ley.
En ese sentido muchas cooperativas y asociaciones que venían trabajando desde hacía años en la zona para el beneficio común, debieron ser absorbidas o desaparecían.
El vecino Héctor Celano recordaba: “En Villa Madero, había una cámara de crédito muy importante, que estaba sobre la av. Vélez Sarsfield, Martínez de Hoz obliga a las cajas de crédito a que formaran bancos o desaparecieran, y ahí forman el Banco Credicoop. Que de Vélez Sarsfield para a estar en Crovara y palacio”[13]. 





[1] Entrevista realizada a Roberto Vázquez por el autor y Gabriel Gamboa, en su hogar, el 16 de agosto de 2013.
[2]          http://www.desaparecidos.org/arg/conadep/nuncamas/178.html (consultado en julio de 2012)
[3] Olga Wornat, “Nuestra Santa Madre, Historia pública y privada de la Iglesia Católica Argentina”
[4] Entrevista realizada a Juan Jacuzzi en el club Flecha de Oro el XXXde 2013
[6]  Bertune Natalia, “Marcas y Huellas de la memoria en el partido de la Matanza”, CLM, Ramos Mejia, 2010.
[7] Entrevista realizada por el autor a Fanny Aguirre en su hogar, el 11 de enero de 2010.
[8] Entrevista realizada por el autor a Beatriz Sosa Cordero, en el comedor de la familia Del Bene, el  5 de febrero de 2010.
[9] Entrevista realizada por el autor a Fanny Aguirre en su hogar, el 11 de enero de 2010.
[10] Entrevista realizada por el autor a Beatriz Sosa Cordero, en el comedor de la familia Del Bene, el  5 de febrero de 2010.
[11] Entrevista realizada por el autor a Mirta Insarrualde de Graneros en febrero 2014.
[12] Entrevista realizada por el autor a Mirta Insarrualde de Graneros en febrero 2014.
[13] Entrevista realizada a Héctor Celano por el autor en 2013.