Luego de la Revolución
de Mayo, la independencia y las guerras internas, se logra la conformación del
Estado Argentino. Nuestro país había nacido con un desarrollo desigual, con
injusta distribución de la riqueza, diseñado y hecho a medida de los
propietarios de las tierras, quienes proyectaron una estructura agro
exportadora, insertando a nuestro país en la división internacional del
trabajo, con una fuerte relación de dependencia tanto a Gran Bretaña como luego
a EEUU.
La familia Ramos Mejía
formaba parte de esa oligarquía local: no solo eran terratenientes y
empresarios, sino que ocupaban cargos de poder en algunas empresas y en el
gobierno[1]:
las elecciones de 1880 consagraron como Presidente de la Nación Argentina a
Julio Argentino Roca y como vicepresidente justamente a Francisco Bernabé
Madero, quien estaba casado con Marta Ramos Mejía, hija de Francisco.
Esta nueva estructura económica, política y social,
comprendía una nueva lógica espacial: las antiguas y extensas chacras
coloniales, dieron lugar a explotaciones agrícola menores.
Muchos historiadores
llaman a este periodo “El liberalismo conservador”, o “La Argentina Moderna”,
por las grandes transformaciones políticas, económicas y sociales que se
produjeron[2].
Una de estas transformaciones fue justamente el traslado del Matadero
municipal, de la zona de Parque de los Patricios a su actual ubicación (lejos
de los centros poblados en aquel entonces).
Esta mudanza, sumado a una nueva organización del
espacio, dará origen a numerosos barrios en la corona periférica. Según explica Bertune[3],
las tierras cercanas a la ciudad se encontraban en un proceso de transición: “La primitiva
suerte o chacarita colonial […] ya era antieconómica y cedía paso a pequeñas
quintas con extensiones oscilantes entre una y veinte hectáreas”[4].
Fue así que los descendientes de la familia Ramos
Mejía (entre ellos Ezequiel Ramos Mejía) comienzan a fraccionar y vender su parcela,
instalándose explotaciones agrícola-ganaderas de menor extensión, y dando
origen a la instalación de los primeros habitantes en la segunda mitad del
siglo XIX:
1) José Carrara, que le compraría su fracción al mismo
Ezequiel Ramos Mejía en 1894, y mantendría la misma en su familia hasta que, en
1916, tras la sucesoria (entre los que se encuentra su hijo Fortunato Carrara),
rematan la facción destinando dicho remate a propietarios particulares.
2) Nicolás. Vasallo, quien, según censo de 1859 vivía en
esta zona junto a su familia, la cual explotaba como producción agrícola.
3) En 1888 compra su fracción el Sr. Pedro Daubert a los Sres. Davidson Ernesto y Puente José. Posteriormente
esta fracción caería en manos de Peñatya de cuyo loteo se conforma el casco
fundacional de Villa Insuperable.
4) Ángel Rebotaro y sucesión.
5) Ansaldi Esteban, compra a Pamparro Juan en 1889.
6) Guzmán y CIA. le compra a Belgrano Arturo en 1890 y
sufre sucesiones y venta.
7) Pfeifer, que compra su fracción a José Silveyra, quien
fuera el constructor del mirador de Santa Lucia, casco de estancia que daría nombre
a Lomas del Mirador.
Estos pioneros, instalaron en la
zona numerosos hornos de ladrillo, quintas y explotaciones agropecuarias
menores, y algunos de ellos, comenzaron a vivir en sus propiedades, tal como lo
muestra el censo de 1896, cuartel III partido de Matanzas, en el cual podemos
encontrar a la familia Carrara y la familia Vasallo.
[1] Ramos Mejía Enrique, “Los Ramos Mejía,
apuntes históricos”, Editorial Emece, Buenos Aires, 1988.
[2] Romero José Luis, “Las ideas políticas
en Argentina”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.
[3] Bertune Fatgala Mirta Natalia, “El
antiguo partido de la Matanza (1778-1821)”, Colección La Matanza, mi lugar,
Nro. 4, Dirección Hilda Agostino, CLM, Ramos Mejía, 2009.
[4] Cunietti Ferrando, Armando J., “De la
chacra al pueblo. Prehistoria de San José de Flores”, En: Historia de la
Ciudad. Una revista de Buenos Aires, Año VII, Nº 36, citado en Bertune Fatgala
Mirta Natalia, “El antiguo partido de la Matanza (1778-1821)”, Colección La
Matanza, mi lugar, Nro. 4, Dirección Hilda Agostino, CLM, Ramos Mejía, 2009.
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